viernes, 7 de marzo de 2014

Necesidad: parte III



Helena observó a Rafael y asintió. Llevaba tiempo preparándose para ese momento. Rafael ya le había hablado sobre lo que sentía por Eva y para ella había sido imposible no ver que Eva sentía lo mismo. Había sido sólo cuestión de tiempo.


- Me alegro –dijo pese a todo el dolor que sentía en ese instante-. No hay nada como ser correspondido –añadió sin darse cuenta.


Entregarse a Rafael había sido estúpido. Jamás, por alguna razón que desconocía, había tenido una oportunidad de enamorarle.


Para Rafael aquellas palabras no pasaron de largo. Había hecho daño a Helena y decirle que fue ella la que se entregó no serviría para nada porque sería culparla injustamente. Él no se negó, no la rechazó y se acomodó en aquella relación.


- Lo siento –se disculpó.


Helena le sonrió.


- Jamás me mentiste y yo ya sabía que no me amabas. Era cuestión de tiempo Rafael, sólo era cuestión de tiempo. Al menos guardo un bonito recuerdo –se conformó.


Al fin y al cabo siempre era mejor haber probado sus labios que no vivir en la agonía de soñarlos. Helena prefería ser positiva y pensar que había hecho todo lo posible por retenerle y ser correspondida. Incluso si había fracasado eso era mejor que no haber luchado.


Debía sentirse bien consigo misma y culpar si acaso a Rafael por no ser capaz de ver que no había nada que buscar fuera de su relación. Sonrió ante su propio pensamiento. Al menos las noches que había pasado preparándose para la ruptura habían servido para algo.


- Espero que os vaya muy bien a ambos.


Rafael asintió.


- Muchas gracias por todo.


Helena le miró sin comprender.


- Siempre me has apoyado aún cuando sabías que eso me alejaba de ti –dijo agradecido-. No sé si mis palabras te reconfortarán o te herirán más, pero necesito decírtelo. Muchas gracias por todo Helena.


Entonces ella vio en sus ojos la duda, el temor que siempre le había frenado a la hora de dejarla e ir a por Eva. Tenía miedo de que todo se acabase, tenía miedo de que ella le dejase.


- No sé si podré devolverte el favor algún día.


- Sólo espero que ahora que tienes una novia no te olvides de mí.


Realmente sólo esperaba eso. Eva podía mostrarse reticente a la hora de dejar que se viesen teniendo en cuenta la historia que llevaban a cuesta juntos.


- Por supuesto que no –negó con rapidez.


Para Rafael estaba claro que Helena seguiría estando a su lado mientras ella lo quisiese así. Ella era, de alguna manera, la persona más importante de su vida y él no podía permitirse el perderla. Aún podía recordar cómo se habían conocido en el instituto al reconocerse mutuamente de un salón del manga. Había sido un momento extraño y algo incómodo, pero cuando empezaron a hablar todo fue tan sencillo entre ellos. Y siempre fue así desde entonces, Helena era la persona en la que más confiaba, en la que más se apoyaba y la persona por la que estaba dispuesto a todo.


Helena le dio un abrazo y le dio un beso en la mejilla conformándose con los recuerdos que podía guardar. No había sido tan difícil después de todo. Estaba llevando las cosas bien y eso la hacía sentir mejor. No era una de esas chicas dispuestas a maldecir cuando estaba perdiendo lo que más amaba en su vida.


Y eso se sentía muy bien.


Ahora sólo debía empezar a buscar el amor lejos de Rafael, por más difícil que le resultase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario