El amor desesperado es
miseria. Es conformarse con las migajas de aquello que te da la otra persona.
Es suplicar en doloroso silencio por un segundo en sus pensamientos. Es acallar
el sufrimiento con una sonrisa conforme. Es esperar el inevitable final que te
dejará sola otra vez.
El amor desesperado es
desdicha, es felicidad, es llorar, es reír, es sentirse vacío, es sentirse
pleno… El amor desesperado es simplemente esperar a que todo termine para poder
recoger los pedazos de lo que queda de ti misma sin poder culpar a nadie más que
a tu propia estupidez. Porque siempre supiste que no había nada a lo que
aferrarse, que tú no eras nada más que una ilusión momentánea que se iría
desvaneciendo poco a poco entre suspiros y anhelos.
Sólo un ser miserable que se aferra a lo que no es y nunca será.