sábado, 12 de abril de 2014

Marcas

Es la marca de tu vergüenza, de tu deshonra. Es aquello que te recuerda quien eres y lo que has sido.

Es una marca que jamás se borrará. Te acompañará hasta tu muerte y perdurará hasta que tu piel se pudra. Siempre estará ahí para hacerte ver lo miserable que fuiste y la agonía de lo que sentiste.

Y no importa cuántas veces la laves, ni cuanto te afanes por borrarla. Ella siempre estará ahí. Constante y perpetua. Invisible para el resto, horriblemente visible para ti.

No necesita más, sólo existir. Y siempre lo hará.

Y no puedes culpar a nadie ni nada, porque eso te lo hiciste tú. Solamente tú.

Tú buscaste aquella salida que ahora es como una entrada al dolor.

Y duele.

Duele…

Es un dolor punzante que se clava en el pecho y no te deja respirar.

Y mientras te ahogas, esa vergonzosa marca se te vuelve a antojar como una salida. Porque eso es lo que es sin serlo realmente.

Y Caes.

Caes una y otra vez. Porque el dolor desaparece y durante un instante puedes respirar.
Mañana dejará una marca. Una marca que será la muestra de tu debilidad. Una marca que te avergonzará de por vida.

Pero durante un segundo olvidas el dolor. Y eso es suficiente para caer una y otra vez. Porque durante un segundo no habrá sufrimiento ni tormento, no habrá agonía ni pesar. No habrá nada.
Y necesitas ese instante sin importar el mañana, porque si no lo haces, quizás no haya mañana para avergonzarte.




No hay comentarios:

Publicar un comentario