miércoles, 27 de agosto de 2014

Peace

Y entonces caigo, me dejo caer en tus brazos pese a que juré no volver a hacerlo. Pero… ¿qué puedo hacer si sólo en ellos encuentro la paz que mi corazón necesita?

Sólo tú me das paz amada mía, sólo en tus brazos me siento amado, sólo tus labios pueden murmurar las palabras que ansío escuchar, sólo en tus ojos veo que el reflejo de mi alma no es tan horrendo como el mundo me quiere hacer creer.


Sólo tú me das la paz que necesito para vivir.


Es por esa paz que me dejo caer una y otra vez, sin pensar que al día siguiente deba abandonarte porque lo nuestro no debe ser, porque lo nuestro es pecado, el más abominable pecado…


Y a veces me pregunto qué hicimos mal, en qué momento nuestros pasos se salieron del camino marcado y caímos en este agujero ponzoñoso al que llamamos amor y del que no somos capaces de salir.


En ocasiones, cuando me hallo perdido en el verde de tus ojos me pregunto qué podríamos hacer, dónde se encuentra la salida de este mal del que somos incapaces de escapar.


¿Acaso sólo nos queda la muerte?


Y al hacerme esa pregunta huyo de todas esas dudas que me corroen y vuelvo a ti, la vida es demasiado hermosa a tu lado como para dejarla ir sólo porque nuestro amor sea pecado mortal.


¿Qué puedo decirte amor mío?


¿Qué he de decirte si prefiero agonizar a tu lado, que morir en paz hallando la salida a este amor que tanto daño nos hace?


Soy demasiado egoísta como para dejarte libre, soy demasiado cobarde como para enfrentarme al dolor de estar lejos de ti.







No hay comentarios:

Publicar un comentario